¿Creatividad potencial?
Hay otro concepto (junto al de creatividad realizada) que parece ser de mucho valor para los esfuerzos por evaluar o desarrollar la creatividad y medir o evaluar tal desarrollo. Es el de potencial creativo, creatividad potencial o lo potencial de la creatividad.
Este concepto surge como una necesidad del desarrollo de la ciencia, de la investigación y de la práctica. Hoy se ha ganado en claridad en cuanto al papel que tienen algunos de los factores de carácter potencial, pues se ha llegado a la conclusión de que las cualidades, las condiciones y las técnicas, si bien son factores contribuyentes, no garantizan de por sí un resultado creativo.
O sea, el poseer determinadas cualidades, aprender ciertas técnicas y contar con condiciones favorables, constituyen recursos que potencian las posibilidades de obtener un resultado creativo (o más creativo). Sin embargo, a este resultado no se llega de manera automática por el hecho de contar con tales premisas. Es decir, un sujeto (persona o grupo, etc.) puede poseer una situación muy favorable en cuanto a cualidades, técnicas conocidas y/o condiciones facilitadoras y no obtener un producto creativo o tan creativo. Por el contrario, hay sujetos que sin algunas de esas cualidades, técnicas y condiciones logran un producto creativo (o de un grado de creatividad superior).
La creatividad potencial puede definirse como la creatividad latente en el sujeto, integrada por un conjunto de elementos (básicamente cualidades, técnicas y condiciones) que pueden ser desarrollados, aprendidos, educados, modificados, movilizados o utilizados por el sujeto (individuo, grupo, empresa...) para la obtención de algún producto más o menos creativo.
Es latente o potencial porque no necesariamente tiene que haberse manifestado ya en algún producto creativo.
El nivel de desarrollo alcanzado por dicho potencial puede llegar a realizarse en el producto, aunque también puede no llegar a realizarse aún en algún resultado más o menos creativo. Es por ello una posibilidad realizable, una potencialidad.
Dicho potencial es movilizable o utilizable por el sujeto. Puede o no ser movilizado total o parcialmente, con éxito o no. Con mejores o peores resultados. Con mayor o menor frecuencia. En unas u otras áreas de desempeño o actuación. En unas u otras etapas de la vida. En unas u otras fases del propio proceso creativo.
Es desarrollable y educable. Podemos aprender numerosas técnicas, llegar a dominarlas y usarlas apropiada y fructíferamente. Las cualidades favorecedoras de la creatividad pueden ser formadas, educadas, desarrolladas. También se puede identificar, modificar, controlar, influir, etc. en aquellas otras cualidades que no favorecen la creatividad. Igualmente se pueden propiciar condiciones facilitadoras de la creatividad, así como identificar, superar, reducir, etc. las condiciones que la obstaculizan.
De hecho es fundamental, aunque no lo único, el desarrollo de estas tres dimensiones de la creatividad potencial (cualidades, técnicas y condiciones) en la labor educativa respecto al desarrollo de la creatividad. Importante es además aprender a evaluar el nivel de creatividad de los productos (y no sólo del desarrollo alcanzado en estos 3 factores potenciales). Igualmente aprender a movilizar este potencial, tal que nos permita lograr más productos creativos y de mayor creatividad.
En algunos enfoques no holísticos sobre creatividad toda la labor por su educación y desarrollo suele limitarse a uno de estos factores potenciales. O sea, o sólo a las técnicas, o únicamente a las condiciones, o exclusivamente a las cualidades. Aunque a veces vinculan aspectos de dos de ellos.
Hasta las investigaciones más divulgadas y premiadas, por lo general, ni siquiera abarcan con amplitud el factor en el cual se centran. Es el caso de quienes basan toda su labor en algunas técnicas, con frecuencia de un solo tipo y no siempre empleándolas para lo que son más ventajosas. Por ejemplo, algunas de las técnicas para generar ideas. Lamentablemente hay cierto abuso y mal uso del brainstorming y otras.
Están también quienes aunque se percatan de que la creatividad no se limita a la generación de ideas y menos aún al uso de algunas de las técnicas para ello, lo que hacen es exagerar la importancia de alguna otra técnica o conjunto de ellas, o sea, siguen atrapados en una sola de las dimensiones potenciales de la creatividad.
Igualmente ocurre con quienes piensan que todo se reduce a fomentar ambientes, atmósferas o climas creativos. O sea, se limitan a uno de los factores potenciales: las condiciones. Ni siquiera lo abarcan ampliamente, sino que se circunscriben a las condiciones facilitadoras, no incluyendo o no considerando en su real valor a otro tipo de condiciones: las barreras a la creatividad, también conocidas como obstáculos, frenos o bloqueos.
Hay más términos aún por el estilo de estos, ideados para tratar de abarcar más elementos, pero aunque les llamen sistemas con algún apellido, siguen con la misma deficiencia básica: no sólo el limitarse a lo potencial (sin considerar apenas su unidad con la creatividad realizada y el paso de lo potencial a lo realizado, que como ya hemos dicho en otro artículo y en el libro de referencia, son dos de las leyes más importantes de la creatividad) sino centrarse únicamente en una sola de los dimensiones potenciales o exagerar su papel, ignorando o menospreciando la contribución imprescindible también de las otras dimensiones potenciadoras de la creatividad.
Esto es al mismo tiempo, causa principal de no pocos fracasos en varios de los intentos por educar y desarrollar la creatividad, al no pasar la prueba del tiempo luego de cesar la influencia de los investigadores o el sujeto regresar a su vida cotidiana o pasar de la condición de estudiante a la vida laboral.
En otros artículos expondremos algunos de los instrumentos elaborados para evaluar la creatividad potencial y sus tres dimensiones.
Autor: Jorge Ojeda, jorge.ojedamatias@gmail.com
(Adaptado y desarrollado a partir de Ojeda, J.: Creatividad. Enfoques, evaluación, estrategias. Editorial Inspiración, Santiago de Cuba, 2001.)
Este concepto surge como una necesidad del desarrollo de la ciencia, de la investigación y de la práctica. Hoy se ha ganado en claridad en cuanto al papel que tienen algunos de los factores de carácter potencial, pues se ha llegado a la conclusión de que las cualidades, las condiciones y las técnicas, si bien son factores contribuyentes, no garantizan de por sí un resultado creativo.
O sea, el poseer determinadas cualidades, aprender ciertas técnicas y contar con condiciones favorables, constituyen recursos que potencian las posibilidades de obtener un resultado creativo (o más creativo). Sin embargo, a este resultado no se llega de manera automática por el hecho de contar con tales premisas. Es decir, un sujeto (persona o grupo, etc.) puede poseer una situación muy favorable en cuanto a cualidades, técnicas conocidas y/o condiciones facilitadoras y no obtener un producto creativo o tan creativo. Por el contrario, hay sujetos que sin algunas de esas cualidades, técnicas y condiciones logran un producto creativo (o de un grado de creatividad superior).
La creatividad potencial puede definirse como la creatividad latente en el sujeto, integrada por un conjunto de elementos (básicamente cualidades, técnicas y condiciones) que pueden ser desarrollados, aprendidos, educados, modificados, movilizados o utilizados por el sujeto (individuo, grupo, empresa...) para la obtención de algún producto más o menos creativo.
Es latente o potencial porque no necesariamente tiene que haberse manifestado ya en algún producto creativo.
El nivel de desarrollo alcanzado por dicho potencial puede llegar a realizarse en el producto, aunque también puede no llegar a realizarse aún en algún resultado más o menos creativo. Es por ello una posibilidad realizable, una potencialidad.
Dicho potencial es movilizable o utilizable por el sujeto. Puede o no ser movilizado total o parcialmente, con éxito o no. Con mejores o peores resultados. Con mayor o menor frecuencia. En unas u otras áreas de desempeño o actuación. En unas u otras etapas de la vida. En unas u otras fases del propio proceso creativo.
Es desarrollable y educable. Podemos aprender numerosas técnicas, llegar a dominarlas y usarlas apropiada y fructíferamente. Las cualidades favorecedoras de la creatividad pueden ser formadas, educadas, desarrolladas. También se puede identificar, modificar, controlar, influir, etc. en aquellas otras cualidades que no favorecen la creatividad. Igualmente se pueden propiciar condiciones facilitadoras de la creatividad, así como identificar, superar, reducir, etc. las condiciones que la obstaculizan.
De hecho es fundamental, aunque no lo único, el desarrollo de estas tres dimensiones de la creatividad potencial (cualidades, técnicas y condiciones) en la labor educativa respecto al desarrollo de la creatividad. Importante es además aprender a evaluar el nivel de creatividad de los productos (y no sólo del desarrollo alcanzado en estos 3 factores potenciales). Igualmente aprender a movilizar este potencial, tal que nos permita lograr más productos creativos y de mayor creatividad.
En algunos enfoques no holísticos sobre creatividad toda la labor por su educación y desarrollo suele limitarse a uno de estos factores potenciales. O sea, o sólo a las técnicas, o únicamente a las condiciones, o exclusivamente a las cualidades. Aunque a veces vinculan aspectos de dos de ellos.
Hasta las investigaciones más divulgadas y premiadas, por lo general, ni siquiera abarcan con amplitud el factor en el cual se centran. Es el caso de quienes basan toda su labor en algunas técnicas, con frecuencia de un solo tipo y no siempre empleándolas para lo que son más ventajosas. Por ejemplo, algunas de las técnicas para generar ideas. Lamentablemente hay cierto abuso y mal uso del brainstorming y otras.
Están también quienes aunque se percatan de que la creatividad no se limita a la generación de ideas y menos aún al uso de algunas de las técnicas para ello, lo que hacen es exagerar la importancia de alguna otra técnica o conjunto de ellas, o sea, siguen atrapados en una sola de las dimensiones potenciales de la creatividad.
Igualmente ocurre con quienes piensan que todo se reduce a fomentar ambientes, atmósferas o climas creativos. O sea, se limitan a uno de los factores potenciales: las condiciones. Ni siquiera lo abarcan ampliamente, sino que se circunscriben a las condiciones facilitadoras, no incluyendo o no considerando en su real valor a otro tipo de condiciones: las barreras a la creatividad, también conocidas como obstáculos, frenos o bloqueos.
Hay más términos aún por el estilo de estos, ideados para tratar de abarcar más elementos, pero aunque les llamen sistemas con algún apellido, siguen con la misma deficiencia básica: no sólo el limitarse a lo potencial (sin considerar apenas su unidad con la creatividad realizada y el paso de lo potencial a lo realizado, que como ya hemos dicho en otro artículo y en el libro de referencia, son dos de las leyes más importantes de la creatividad) sino centrarse únicamente en una sola de los dimensiones potenciales o exagerar su papel, ignorando o menospreciando la contribución imprescindible también de las otras dimensiones potenciadoras de la creatividad.
Esto es al mismo tiempo, causa principal de no pocos fracasos en varios de los intentos por educar y desarrollar la creatividad, al no pasar la prueba del tiempo luego de cesar la influencia de los investigadores o el sujeto regresar a su vida cotidiana o pasar de la condición de estudiante a la vida laboral.
En otros artículos expondremos algunos de los instrumentos elaborados para evaluar la creatividad potencial y sus tres dimensiones.
Autor: Jorge Ojeda, jorge.ojedamatias@gmail.com
(Adaptado y desarrollado a partir de Ojeda, J.: Creatividad. Enfoques, evaluación, estrategias. Editorial Inspiración, Santiago de Cuba, 2001.)
Etiquetas: Estudio de la creatividad, Jorge Ojeda
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