Leyendo en el Berliner Zeitung (periódico de Berlín), con una explicación detallada del proyecto de dos nuevas plantas de Biogas con capacidad para 20 y 10 megavatios de capacidad respectivamente, basado en la utilización de maíz como materia prima.
Para empezar, te comento que
Alemania es uno de los países líderes en la utilización de bio-combustibles. Se encuentran estaciones de
bio-diesel, cerca de las autopistas te asombras de ver campos de producción de
energía eólica, y los
paneles solares cada vez más reemplazan a los techos rojos típicos.
Como les muestro en la gráfica original, el sistema es sencillo. El maíz, junto con basura orgánica, madura y se descomponen en un depósito, que mantiene el material orgánico en movimiento, y con una temperatura adecuada para que las enzimas “devoren” la basura, de lo cual se produce el bio-gas. Lo mismo que pasa en los basureros y depósitos tan “agradables” que a veces nos encontramos en Latinoamérica.
Este bio-gas, puede ser almacenado sin ningún problema, y es utilizado en turbinas de gas para producir electricidad o en sistemas de calefacción. Además, el sobrante de la descomposición, sirve como abono, para las plantaciones de maíz. El ciclo perfecto.
Pero ¿Maíz? El maíz es el principal alimento del latinoamericano, y muy importante para los españoles, y el mundo. Muchos críticos atacan estas ideas, basados en el
riesgo de cambiar alimento por energía. Y estas plantas en Alemania son un ejemplo. La zona no tiene la capacidad para producir todo el maíz necesario para las plantas, y ya se han generado conflictos entre pequeños agricultores (sector muy desarrollado en Alemania) y los grandes productores de maíz, además entran en conflicto con empresarios polacos, y con organizaciones de protección al consumidor.
Desde el punto de vista de la innovación, la generación de nuevas tecnologías y productos, siempre debe tomar en cuenta el lado humano de la situación, y tener la
relación ganar-ganar como un objetivo constante. Nuevas tecnologías generan oposición por su confiabilidad, efectos secundarios y conflictos de intereses con los fabricantes de productos que serian suplantados.
En este ejemplo, la diplomacia debe ser un factor primordial para los líderes del proyecto, dándoles prioridad a los pequeños y medianos productores, que son los que habitan la zona, y
ver la posibilidad de incorporar otros desechos orgánicos en la producción, como basura residencial.
Y para los innovadores, es una oportunidad de negocio, sobre todo para aquello que trabajan en el área agrícola. Incluso existen proyectos en universidades alemanas, para generación de bio-gas a mediana escala (pequeños pueblos, granjas, regiones).
Fuente:
Berliner Zeitung, 28/05/07
Autor: Fabián Rueda, quien es consultor en gestión de innovación y creatividad y es lider del proyecto
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